Entrevistas

Entrevista exclusiva al Arq. Julio Santana, director de la Casa Curutchet

La semana pasada visitamos la emblemática Casa Curutchet y tuvimos el honor de entrevistar a su director el Arq. Julio Santana. Alguien con una visión muy clara de su gestión, y su sensibilidad y responsabilidad por ser director de un bien patrimonial territorial que merece el mayor de los cuidados.Julio reconoció el valor artístico que la ciudad posee para desarrollar esa interacción natural que se está generando a través del público que quiere hacerla propia, conocer, interactuar y proyectar sobre la Casa. Se mostró muy receptivo y abierto a las propuestas para potenciar todo el empeño de llevarlas a cabo.

¿Cómo llegó a ser director de la Casa Curutchet?

Fue un proceso bastante extenso, porque yo venía pensando desde mucho tiempo antes de ser director de la Casa, en que la Casa tenía muchísimas potencialidades, que no eran explotadas, que no eran visualizadas. El Colegio de Arquitectos tuvo la intuición -a través de sus primeros dirigentes- de lograr que su primera sede institucional individual pudiera ser la Casa Curutchet. Así, a principios de los `90 se consigue alquilar esta Casa como sede administrativa del Consejo Superior, eso fue una visión muy interesante de los fundadores.
Después fue pasando el tiempo, el Colegio y los arquitectos nos fuimos acostumbrando a estar en este lugar, la empezamos a sentir como nuestra propia casa. Pero al mismo tiempo se generó como una inercia, donde no se generaban iniciativas dentro de la propia Casa, que no se utilizara lo que yo veía que era su gran potencialidad. La Casa es un producto muy especial dentro de la vida y de la obra de Le Corbusier y tiene infinitos matices y a mí me parecía que estaba muy bueno que esos matices fueran explorados. La Casa representaba un material muy rico tanto por su valor intrínseco, como por un ser un espacio con un enorme potencial para ser  reinterpretado por diferentes disciplinas.
Nosotros veíamos que, desde la arquitectura, había una aprehensión muy fuerte desde el primer día en que un estudiante empieza a estudiar;  y eso iba teniendo distintos matices a lo largo de toda la carrera y de la vida profesional. Con las otras disciplinas no pasaba lo mismo y nos parecía que había que encontrar la manera de interpelar a los artistas por un lado y a la sociedad por el otro para que encuentren una fuente de inspiración y un espacio donde expresarse. En determinado momento esas ideas comienzan a transformarse en un proyecto, y ese proyecto en determinado momento es presentado y luego aceptado. La génesis fue esa, entender que la Casa tenía otras potencialidades. Por otro lado, el hito que ayudó a que esto pudiera cristalizar, fue el estreno de la película “El hombre de al lado”, que fue en el 2010. En ese momento presenté el  proyecto debido a que ya había otra sensibilidad, pues parte de mi hipótesis de que la Casa  estaba sub-utilizada se comenzó a comprobar en la práctica. En el momento en que la película está en su auge en el cine, el nivel de visitas crece exponencialmente. Ahí todo el mundo pudo comprobar que lo que estábamos diciendo, que reinterpretando la Casa se podían sumar muchas más personas, era cierto.

¿Quiénes lo acompañan en esta labor tan ardua de tantos años?

En primer lugar el Colegio de Arquitectos como Institución, que alquila esta Casa desde el año `91 y solventa todo lo que hace posible que esto exista, que pueda estar abierto al público, que pueda dar pérdidas, mantenimiento, servicios, alquiler, esta es la base sin la cual nada sería posible.  Y después tenemos un equipo muy pequeño, obviamente que las iniciativas que nosotros tomamos se debaten en el Colegio, pero  los ejecutores somos unos pocos. Está Nacha Reginatto, hace 5 años, y está Joaquín López que es nuestra última incorporación, y nosotros tres cubrimos las actividades regulares. Paralelamente  hemos desarrollado un Equipo que integran los arquitectos Horacio Morano, Luis Banini, Karina Cortina y varios más con quienes estamos desarrollando diversas tareas académicas  en el Centro de Estudios que hemos constituido

Para esta última presentación de UNESCO se creó un Comité de Sitio donde está representado el Estado en sus tres escalas, nacional, provincial y municipal, donde está la Facultad de Arquitectura de la UNLP y donde están dos entidades patrimonialistas como son ICOMOS Argentina y CICOP Argentina y estamos nosotros como Colegio de Arquitectos de la Provincia de Buenos Aires . Es un espacio muy valioso para propiciar la colaboración interinstitucional  para la gestión de la Casa. Particularmente fue valioso en lo que fue la presentación ante UNESCO y seguramente lo será también de aquí en más. La mayoría de las actividades se generan desde el Colegio pero también estamos abiertos hacia otras personas, colectivos  e Instituciones presenten sus iniciativas.  ICOMOS Argentina es una de las que lo hace habitualmente.

 ¿Esta Casa está vinculada con las demás Casas de Le Corbusier del Mundo, a través de la Fundación,  o trabaja aisladamente?

Las dos cosas. Nosotros tenemos una agenda propia pero al mismo tiempo trabajamos vinculádamente como es el caso de Cristian Chironi, el artista italiano que nos visito recientemente. Él presentó el  proyecto My House is a Le Corbusier en la Fundación Le Corbusier para ser desarrollado en distintos lugares del mundo. La fundación, ya que tenemos contacto permanente con ellos, fue hablando con distintas casas y edificios de Le Corbusier, de hecho este era el cuarto lugar que le esperaba su gira. De hecho él estuvo primero en Bologna la ciudad en la cual vive actualmente, después estuvo en París y después estuvo en Marsella y luego aquí, la casa es el cuarto sitio el cual intervenía. Esta actividad fue propuesta por la Fundación Le Corbusier y aceptada por nosotros. En abril  generamos una actividad conjunta  con otras instituciones como la Facultad de Arquitectura de La Plata a través de una de las cátedras que tiene Alberto Sbarra, Horacio Morano y Verónica Cueto Rúa que habían hecho un vínculo con la Escuela Nacional de Arquitectura de París Belleville y habían planteado un intercambio entre ambas casas de estudio. Como con Horacio veníamos trabajando juntos en la Casa Curutchet nos planteamos la idea de que la casa también participara y entonces supimos que  un artista plástico argentino  -Carlos Cáceres Sobrea- había sido durante casi 50 años profesor de la Escuela de Arquitectura de París Belleville y se dio la circunstancia de que parte de su obra estaba en el Macla acá en La Plata. Entonces nos reunimos con Mercedes Reitano y con Joaquin Almeida y organizamos una actividad entre las cuatro instituciones: Escuela de Arquitectura París Belleville, Facultad de Arquitectura de La Plata, Macla y Colegio de Arquitectos donde cada uno tuvo una participación particular. Vinieron 25 estudiantes de París junto con dos profesores y con eso se desarrollaron actividades en el Macla, en la Casa Curutchet, y en la Facultad de Arquitectura de La Plata y ahora hay previsto para el año próximo hacer lo mismo en París. Se va a hacer una publicación que la están trabajando  desde Belleville, ellos se están encargando de la experiencia porque obviamente los que tuvieron la experiencia más fuerte fueron ellos que nos visitaron.

Este es el modelo que propiciamos: Multiinstitucional, internacional, colectivo y participativo. Esta interacción nos enriquece mucho a todos. Los franceses están felices de conocer esto y cuando vinieron acá vieron cosas que ni se imaginaban, desde la actividad cultural que tiene la ciudad de La Plata, de Buenos Aires y el modo en que se pueden mover en esta sociedad, teniendo ventajas y desventajas con respecto a la de ellos, pero que a ellos por ser diferente les fascinó.

¿Qué significa que la Casa sea reconocida como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO?

En primer lugar entender que este lugar, que uno en su subjetividad siempre le pareció maravilloso, no era simplemente la subjetividad de uno, sino que era algo general porque recién yo te hablaba de nuestra tendencia a ver algo extranjero como mejor que lo nuestro y al mismo tiempo Europa piensa de otra manera. En Europa esta casa no siempre ha sido valorada como nosotros pensábamos que tenía que serlo  y eso es producto básicamente de la distancia. A partir de internet  todo puede compartirse e intercambiarse mucho más fácilmente. En lo personal siempre me pareció que esta casa no era un Le Corbusier más, si no que estaba entre las mejores casas de Le Corbusier del mundo. Este reconocimiento que ha tenido la Casa de haber sido seleccionada primero y de haber sido elegida en la lista del Patrimonio Mundial un poco certifica y confirma esta situación.

En segundo lugar una satisfacción enorme de ver coronado un proceso de trabajo de mucho tiempo.

En tercer  lugar  la emoción de haber vivido estar presente y si a eso le sumamos el contraste del día anterior el golpe de estado en Estambul, fue una mezcla de emociones muy diversas de cosas profesionales, personales, intelectuales, sensibles de todo tipo.

Finalmente ahora está la responsabilidad de poder administrar el bien con la mayor calidad; estar a la altura, la vara se ha levantado mucho y este trabajo, que siempre quisimos que sea colectivo, se hace imprescindible entenderlo de esta manera. En ese sentido es fundamental el compromiso del Estado nacional, provincial y municipal. Somos una institución colegial y un equipo de profesionales calificados, tenemos mucho amor, mucha voluntad pero hoy  los desafíos son más altos y es necesario profundizar esa tarea para estar a la altura de esos nuevos desafíos. No solo la Casa también la ciudad de La Plata,  la Provincia de Buenos Aires, y la Argentina tiene que estar a la altura de tener un bien patrimonial de esta calidad. 

Ante una proyección internacional, como es este reconocimiento, ¿Qué actividades tienen previstas para el resto del año? Habrá otras visitas internacionales? ¿Hay alguna agenda programada para el 2017?

Sí, estamos planeando varias cosas, en general nos gusta que sean sorpresivas para todos. Vamos a tener muchas actividades de acá a fin de año, en esta temporada fuerte de octubre a abril, donde se puede visitar por la primavera y el verano que vienen los cambios de estaciones y se pueden utilizar todos los espacios de la Casa por ejemplo la terraza donde tiene una vista y un espacio ideal para disfrutar.
La obra patrimonial tiene un valor intrínseco pero trabajamos con el concepto  que  cuando más gente se apropia de esa obra patrimonial más valiosa se va haciendo para la sociedad. Es nuestra responsabilidad interpelar a esa sociedad a través de los mejores métodos que tengamos para que esa sociedad se la apropie. Ahora yo sé que esto no va a pasar mañana ni quiero que pase mañana, si de repente mañana la ciudadanía platense descubriera y viniera toda junta, la situación seria inmanejable, caótica. Esto es un proceso natural donde no tenemos ningún apuro y al mismo tiempo no nos quedamos quietos un segundo.  Pero debemos potenciar la cooperación interinstitucional para ampliar la mayor accesibilidad posible a la Casa. Es un maravilloso desafío permanente, donde si hay algo que no hacemos es restringir pero al mismo tiempo interactuamos con la mayor naturalidad posible, no nos desvelamos porque haya una multitud mañana, así como te decía que fue un hito cuando se estrenó el hombre de al lado, está siendo un hito esta situación de ser Patrimonio de la Humanidad porque las visitas se han multiplicado y porque surge mucha gente que quiere hacer cosas adentro de la Casa y sobre la Casa. Es fantástico y estamos tratando de canalizarlo y disfrutar de este momento de la mejor manera posible para cumplir con una de las premisas de UNESCO que es garantizar el más amplio uso público del bien patrimonial.

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