1) ¿Que nos podés decir de tu proyección mundial como diseñador y por qué volviste a la Argentina?
Siempre necesitás un punto de anclaje más allá de lo profesional. Si pensara laboralmente me tendría que haber quedado en Londres o Nueva York, porque son puntos neurálgicos. Uno es algo más que una profesión entonces a nivel personal tengo dos hijos, y llegó un momento que preferimos volvernos.
2) ¿Tenés clientes en otros países?
Sí, pero el cliente viene en oleadas. Cuando yo estaba en Barcelona fue el pico de clientes más internacionales, estar allí es muy vincular; por ejemplo si hacés páginas web o animación es más discontínua la relación con el cliente. Cuando trabajás con la identidad se necesita una relación de transferencia, el cliente tiene que confiar en tu punto de vista, y hay cuestiones que tienen que ver con la credibilidad y con la empatía que son importantes para que los cambios que proponés se realicen.
Igualmente hoy estoy trabajando más con clientes locales y regionales, son etapas. Ahora estoy focalizado en escribir un libro. Lo vinculo mucho con lo internacional, va a salir a principios de 2017, va a estar en español y va a recorrer toda el área hispana. Cuanto esté impreso, lo voy a utilizar como mecanismo de apertura al mercado. En el 2018 lo sacaría en inglés.
3) ¿Cómo ves al diseñador argentino respecto a otros países?
Es muy difícil decir “el diseñador argentino”, hay muchos matices y formas muy distintas de expresión en términos de lo que hay, hay diseñadores argentinos muy valiosos. La gran capacidad que logran conjugar es ser empresario con ser diseñador, con ser creativo. Los conocimientos hoy son necesarios para desarrollar perfecta y armónicamente bien y no pase por utilizar colores, letras sino trabajar con significados, construyendo realidades, futuros e imágenes nuevas. Imágenes me refiero a la construcción de identidad que uno tiene, para lo cual se necesita ser un diseñador muy completo, en términos antropológicos, investigador, estratega, publicitario, no sólo un artista diseñador, sino que sea un empresario exhibido. Finalmente considero que el perfil del diseñador-emprendedor es muy competitivo a nivel mundial.