Podríamos resumir el concepto subyacente de la propuesta gráfica como “el vino que siempre te acompaña y habla tu mismo idioma”.
Para el Nuevo layout se empezó por una actualización de su identidad, la cual se construyó a partir de precisos principios de regularidad, se optimizó su lectura y se simplificó su aspecto general. Luego se procedió a su incorporación dentro de la estructura general de la etiqueta, teniendo siempre presentes que en ella debíamos conservar el espíritu generado por la estética anterior. Deducimos que uno de los rasgos visuales más recordados por sus consumidores, eran las placas hexagonales sobre las cuales se depositaba la información, basados en esto es que decidimos conservarla pero de un modo mucho más sutil creando un juego de luces y sombras capaces de dar vida a ese recurso. En cuanto los demás elementos compositivos, los mismos fueron aplicados a través de un eje central buscando transmitir tradición y una cuidada elegancia. Lo tradicional se expresa claramente en la incorporación de la bandera argentina la cual expresa ese sentimiento de pertenencia y orgullo que hace de SAMT el vino del país.