Guardado en Madrid, donde actualmente reside, inmerso en su mundo de arte y música compartimos una distendida conversación donde giramos por varios momentos donde observamos que la pasión por su trabajo lo transportaba a emociones impensadas, en esta cuarentena, respirando arte con todos los sentidos. Reconoció que haber participado del Ojo de Iberoamérica conectó con países reconociendo lo importante que fue la participación en el mismo el año pasado, haciéndolos más fuerte como región y generando vínculos entre diferentes culturas. Comentó de que se realizó el distanciamiento social provocó en términos publicitarios algo muy goloso, porque generó la necesidad de transmitir mensajes en una situación que era única e impensada. Sentimos que el estado de conexión era tremendo. Sentimos que era un terreno muy fértil para la comunicación pero a la vez salir con mensajes fuera de contexto no era lo adecuado, porque todo era cambiante. Es por eso que tomamos la frase del reconocido publicista Fernando Vega Olmos donde dice había que tomarse la situación como era y tratar de ser oportuno y no oportunista. Se vio con esa lente todo lo que venía y desde la agencia se tomaron la situación con calma y criterio, asegurando que se iba a generar un costado muy humano, el de encontrarnos como personas, nosotros mismos, conectados con la familia y los afectos. Reconoció que mucha gente se volcó a la música o contenido que tenía guardado sin poderle dedicar el tiempo que necesitaba. Cree que después que esta pandemia pase va a haber un montón de aprendizaje, la vida y el trabajo se tuvo que fusionar de repente y así comentó que muchas marcas se fueron trabajando y algunas quedaron en proceso guardado y otras como el caso de una marca de juguetería que sufrió una transformación muy positiva en plena cuarentena con el lema de rescatar el juego como distracción, generando nuevos nichos de mercado así como también una marca de Té que también se trabajó con una apuesta muy interesante marcando el sentimiento de no dejar de acercarse a los seres queridos, crear con el té un momento de acercamiento. Para finalizar nos contó la música que han desarrollado con un grupo de amigos que incluye su hermano en este tiempo de cuarentena y cada uno en su casa fue generando compartir aunque fuera digitalmente sus creaciones diseñando videos que fueron compartidos con gente muy talentosa y hoy replicados en Instagram como algo muy positivo. Aseveró que la música trasciende fronteras y genera vínculos de amigos y reconoció que ayudó como terapia para seguir con ese vínculo de unión y amistad en plena cuarentena. Por último hablando de la combinación en su trabajo de ser director creativo y su pasión por la música conversamos la relación que establece en los trabajos con música y el vínculo con las marcas. Dijo que la música es clave, que el arte en general es un vehículo para transmitir una emoción, que le pasa a una persona y se trabajó esa artesanía en sí misma para plasmar esa emoción. Citó un ejemplo como que una novela, un libro, una poesía buena, incluso un cuento, encapsula una emoción, un estado de ánimo y reconoció que si bien tiene una narrativa el arte que más transmite una emoción concreta es la música y al escucharla te permite revivirlo. Aplicado a la comunicación dijo que la música es súper importante, dentro de una narrativa puede marcar tiempos emocionales fuertes, o a veces también puede acompañar un texto y provocar más una fuerza ambiental. Reconoció trabajar siempre con buenos artistas para comunicar ya que al vincularse con un producto que luego se va a comercializar, se está generando la herramienta para entregar una emoción.