Del color rojo intenso se pasó a un ligero celeste portador de frescura, de una estética neutra que tenía al logo como único centro de atención se pasó a un layout mucho más delicado en el que un conjunto de iconos de carácter lúdico y desenfadado invaden sutilmente la escena y contribuyen a reforzar ese espíritu descontracturado y con cierto aire vintage que ha caracterizado a la marca desde su origen. Estas intervenciones a nivel proyectual alinean la variedad a las últimas tendencias estéticas que se vienen dando en relación a la categoría de los "sweet wines” un nombre que hoy es incorporado al layout en lugar de la denominación “Moscato”. En relación al nuevo diseño Adrián Pierini, director general creativo del estudio comentó: -“Buscamos reforzar las connotaciones dulces y suaves de esta variedad por lo que la estética general es sutil y cuidada. La mayor complejidad radicó en como impregnar el espíritu desenfadado de Dadá sin que ello le reste cosmeticidad y alta percepción cualitativa, frente a este desafío optamos por recurrir a minimizar el impacto de los iconos incorporados a través de la aplicación de técnicas de postproducción como el agregado de cuño seco (también denominado gofrado) y laca volumétrica, ambos recursos permiten generar un relieve de los elementos ayudando a la percepción de las formas sin tener que apelar a colores estridentes ni líneas demarcatorias que le hubiesen sumado mayor ruido a elementos de por si complejos. Creemos que hemos logrado un excelente equilibrio entre suavidad, dulzor, personalidad e impacto y lo que es más importante aún, hemos mantenido el imaginario de Dadá inalterable”-