Ronald Shakespear

Ronald y Bob unidos por una pasión. Trimarchi 2014

El mítico diseñador Bob Gill estuvo con nosotros.Un verdadero privilegio que nos da la vida.Llegó con un gran esfuerzo del Trimarchi y el British Council.Nos encontramos por primera vez en Londres, en 1964,en el legendario Fletcher, Forbes and Gill. Luego nos cruzamos en Calgary, Canadá con Jorge Frascara. Me dijo “Lo único importante es que la audiencia sonría. Lo demás que digas no importa”.

Nació en Brooklyn, New York en 1931 y estudió en el Philadelphia Museum School of Art and Pennsylvania Academy of Fine Art. Sus libros son famosos en todo el mundo y han vendido miles de copias. Seguramente el más admirado es Olvida todos las reglas que has aprendido sobre el diseño gráfico,incluyendo las de este libro.

Me regaló un pequeño ejemplar de Visual Comparisons con un collage que hice en 1970 sobre los tipos de madera de la imprenta ya desaparecida, La Familia Italiana de calle Reconquista.

Cuando llegué a mi cátedra de la UBA en 1986, no sabía como enseñar, estaba convencido que la motivación era suficiente.

Una suerte de fogonero que iba a despertar la curiosidad de los alumnos antes que nada.

 

En los tempranos años de la carrera,el problema no eran los mil ochocientos estudiantes de mi taller aunque había que matar a Sarah Kay.

Venían de una escuela primaria y secundaria totalmente desbastecida de corte liberal, donde la expresión visual no existía.

 

Tuve grandes profesores y maravillosos alumnos ayudantes que se comprometieron con el taller.

Personas que rescaté de la matrícula. La docencia visual no requiere dibujistas aunque tengan su trabajo en revistamas paquetas que no sirven para nada.

 

Requiere personas cultas y estudiosas que amen transmitir conocimiento con entrega y devoción.Todo democráticamente,escuchando al alumno y siempre,siempre dando respuestas.Siempre dije que el ingreso era irrestricto.El egreso no.

Algunas veces cumplí otras no pude o no supe.

 

Acabo de terminar mi nuevo libro,Nunca pidas permiso,por aquello que me dijo Orson Welles cuando fuí a Madrid para hacer su retrato.

 

He dedicado este libro al futuro porque es allí donde pasaré el resto de mi vida y "solo quien ha comido ajo, puede darnos una palabra de aliento",

como dice Woody Allen.

No terminé mi escuela secundaria -me aplazaron en geometría- pero tuve en compensación seis maestros ejemplares: Rómulo Macció, Juan Carlos Distéfano, Armin Hofmann, Alan Fletcher,Lance Wyman, y Jorge Frascara. Ellos hicieron lo que pudieron. Todo lo demás se debe a mis carencias y mi falta de rigor. 

Frascara me dijo hace cuarenta años que mi oficio valía la pena, estuvo siempre cerca y cruzamos juntos medio Canadá dando conferencias, como los cómicos de la 

legua.

 

Entré a una biblioteca a los 13 años y nunca me fui. Allí descubrí a Roberto Arlt, Borges, Rodolfo Walsh, Wilde, Leonardo, Thomas Mann, Albert Camus y Macedonio. Más tarde llegaron Daniel Defoe, Dylan Thomas y por supuesto el gran Alan Fletcher (descansa en paz, viejo amigo), quien me llevó de la mano a descubrir a Jock 

Kinneir, aquel profeta de las señales que dijo: “el hombre habla en minúsculas y grita en mayúsculas”.

Acerca de su llegada a Londres, después muchos años de práctica en Brooklyn, dice Bob, “Colin Forbes y Alan Fletcher fueron muy generosos, y me aceptaron de inmediato. Creo que uno de los trabajos que recuerdo con más cariño es el bus de las zapatillas Slipers, donde los pasajeros participan desde las ventanillas en el poster lateral del bus. Ha hecho cine, ha escrito y dibujado libros para niños, sigue enseñado, toca el piano. Un Leonardo de este tiempo.

Mi héroe de ayer y hoy.

Bienvenido a la casa del Trimarchi Bob!

 

Recomendadas

Comentarios

Ronald Shakespear