FePI 2018

MARTÍN BONADEO: "La idea es tratar de inspirar con un camino, un viaje"

Por por Jimena M. Cepeda
Martín Bonadeo es artista, Doctor en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Austral con una tesis en comunicación humana a partir del sentido del olfato publicada en 2005 y Licenciado en Publicidad. Es profesor de cátedra de Arte Contemporáneo Argentino en el Programa de Estudios Latinoamericanos de la UCA donde fundó y dirige el Taller Experimental de Ciencia, Arte y Tecnología.En el marco de la 12° Edición de FEPI Rosario 2018, Martín Bonadeo presentó ARTE FUERA DEL MUNDO DEL ARTE: EXPERIENCIA PACHA KUTIQ WANKA, Dopler Agencia de Noticias de Diseño conversó con él sobre sus 6 años de trabajo en Áncash, en la sierra central peruana en un proyecto místico y solidario que fue plasmado en un libro y en una serie de exposiciones.

¿Qué es lo que vino a presentar a Fepi?

Lo que vine a presentar básicamente es cómo descalzar de los carriles tradicionales. y empecé el relato hablando como a partir de un festival descalcé del mundo de la publicidad. Y cómo hacer para estar dentro del mundo del arte sin estar dentro del mercado del arte. La idea es tratar de inspirar con un camino, con un viaje.

¿De qué se trata Pacha Kutiq Wanka?

Pacha Kutiq Wanka, en lengua quechua “el tiempo y el espacio que se da vuelta”. Es un proyecto que arranqué en el 2010 cuando el curador Gustavo Buntinx escribió un texto sobre toda mi obra. El vínculo comenzó en el 2008 y cuando fui en el 2012 a hacer una muestra a Perú nos volvimos a encontrar para presentar el libro y me propuso trabajar el vínculo entre los artesanos de Don Bosco y Chavín. Para lograr ese encuentro empezamos a viajar. En 2015, el Museo de Arte de Lima (MALI) dedicó una exposición a la cultura Chavín, civilización de los Andes del norte de Perú entre los años 900 y 200 a.c. Aprovechamos ese encuentro para ir a la muestra juntos, recorrer los museos de arqueología y subir a la montaña para ver el monumento y los talleres de Don Bosco. A partir de ahí surgió la idea de comenzar San Pedro el santo y la proyección de la Cruz del Sur trazada con clavos e hilos en la falda del cerro. Luego cortamos el ichu (paja brava) al ras, distribuimos una tonelada de sal dibujando la cruz en un área de más de 70 metros y esparcimos llaves. Los últimos cuatro años armamos este proyecto con manos locales.

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