1)      ¿Qué es lo que viene a presentar en estas Jornadas ¿Qué nos puede decir de su nuevo libro?

Tiene que ver con dos cosas.  La falta de énfasis en la enseñanza del diseño y la falta del estudio del usuario. Los estudiantes pasan toda la carrera, sin haber tratado con un usuario real y saber de qué se trata. El otro tema es concretamente la falta de profundización sobre métodos que se deben usar para entender al usuario.
En Europa, Canadá, Norteamérica, hay toda una batería que tienen que ver con el aprendizaje. Debemos saber cuáles son los instrumentos que debemos trabajar.

“Falta la comprensión de los clientes y que es lo que el diseño puede hacer”. Los clientes tanto acá como allá no saben ver al diseño, lo ven como una cosmética y algunos sí por ej. si uno va a comparaciones internacionales, Facebook, Motorola saben perfectamente de que se trata este tema. Si vas al comerciante que empieza recién ahí si hay problemas. Yo cuando hablaba de investigación, de vez en cuando se encuentran clientes iluminados que te dejan hacer lo que uno quiere. Otros son permeables y convencidos. En gral. la flexibilidad de un cliente es muy importante. Hay que analizar bien la importancia del usuario en el proceso. Hay que ver que herramientas hacen falta para que uno realmente pueda utilizar al usuario como recurso de desarrollo.

 Mi libro que vine a presentar es de formato pequeño con 127 páginas de Ediciones Infinito llamado “Enseñando Diseño” hablo de los usuarios, contextos, objetivos y en la segunda parte del libro hablo concretamente sobre los métodos más habituales de investigación

2)      ¿Cómo cree que puede disparase el diseño de acá en adelante?

Más que disparase es encontrarse. El diseño como desafío actual es transformarse en una profesión responsable. Hay problemas en el diseño. Creemos que la creatividad es un problema. Yo todo lo hago diferente. Lo funcional tiene que ir por sobre lo creativo. Todo lo creativo que hago fue basado en un conocimiento del problema, sustancialmente superior al conocimiento habitual. De afuera parece que es creativo y de adentro lo que pasa es que me quemé los ojos tratando de ver de qué se trataba y llegué a un nivel de las cosas que me permite producir soluciones originales, pero por una parte son confiables y por otra parte es un trabajo intensivo de preparación. Nosotros como diseñadores debemos explorar trabajos de la profesión. Hay que abrir el abanico para desarrollar territorios que no saben cuanto lo necesitan  y porqué lo necesitan.