¿Qué opina de Dopler Agencia de Diseño y su labor en estos diez años?
A mi siempre me pareció muy necesario que existiera dentro de las formas de comunicación actuales, sitios que se ocuparan específicamente del diseño. Cuando apareció Dopler me pareció una idea muy interesante. Es una sorpresa que ya hayan pasado 10 años y haya tenido una continuidad, así que eso es muy auspicioso. Felicito a Mariela por esa continuidad y por estar siempre presente en los eventos de diseño. Muchas cosas yo me enteré gracias a que existe Dopler.
¿Cuáles son sus proyectos actuales?
Últimamente me volqué al campo editorial. Estoy trabajando con Flavio Mammini en un proyecto de un libro que se llama "Rocambole: arte, diseño y contracultura" que será una especie de catálogo de trabajos que hice a lo largo de mi vida. Además uso esas imágenes vinculadas con textos de amigos, periodistas, gente de las artes gráficas y del arte. Ese libro, de edición independiente, lo hicimos hace tres años, agotó una primera y una segunda edición y acaba de salir una tercera. Eso nos animó a un segundo libro acerca de la tapa de los discos de los Redondos que se llama "Octubre: lo que quedó en el tintero". También se está agotando la primera edición y ahora va a salir un nuevo libro que se llama "Solos y de noche" que es una crónica de los recitales de Los Redonditos de Ricota a lo largo del tiempo. Es un relato de gente que estuvo en los recitales y va acompañado de imágenes de fotografías y afiches que se usaron, de entradas, volantes, todo lo referido al área de diseño gráfico.
¿Cuál es el disco de los Redondos que más lo impactó a lo largo de estos años?
Hay un disco "Octubre" que a todos los que participamos: los músicos, los de gráfica y producción nos impactó mucho. Por el hecho de que gracias a la estética del disco, la gente la tomó como propia y la reprodujo en remeras, banderas, paredes y tatuajes. En ese sentido, ese disco es el que más satisfacción a nivel de trascendencia me ha dado.
Después hay otro disco "Último Bondi a Finisterre" que es importante e interesante porque es el que más trabajo me dio debido a que tiene un envase bastante complejo. Ahí más allá del diseño gráfico, nos convertimos en una especie de diseñadores industriales porque tuvimos que resolver un envase raro que se abría con una especie de navaja y tenía un remache que queríamos imitar de metal. Lo recuerdo como uno de los más trabajosos.